Exequiel Hernández Colantonio pintó especialmente con óleo y acuarela y dibujó con grafitos y otros materiales.
Nació en Rivadavia, provincia de San Juan, en 1915 y falleció en 1983 en la ciudad de San Juan. Profesor de Dibujo egresado de la Escuela de Artes y Oficios de San Juan en 1934.
Fue en San Juan y Buenos Aires, alumno y amigo de Lino Enea Spilimbergo. Así como también tuvo amistad con varios pintores de la época.
Entre 1955 y 1967, el pintor, que era empleado de Correos y Telecomunicaciones, vivió -desempeñando altos cargos en la entidad-, en las provincias de San Luis, La Rioja y Corrientes. En todas las ciudades en las que residió, alternó sus actividades de funcionario con la de artista, realizando exposiciones y participando en la vida cultural. Alrededor de octubre de 1967, cuando se jubiló, regresó a su provincia natal para dedicarse de lleno a la pintura y a sus otras pasiones, la poesía y la música, disciplinas que también cultivó.
Abordó una variada cantidad de géneros. Su amor por su tierra natal, lo llevó a comenzar pintando paisajes, pero luego se inclinó por la temática social de la época. Los niños mendigando en la calle, las viviendas humildes y los ancianos en la indigencia, pasaron a ser un testimonio histórico de su tiempo.
También afrontó el retrato y realizó algunas pinturas de género histórico; tres de ellas sobre el tema fundacional: Buenos Aires, Mendoza y San Juan, teniendo en estudio y bosquejo la fundación de Corrientes.
Fue uno de los artistas locales que alcanzaron cierta trascendencia nacional. El Diario La Nación le compró tres obras de carácter documental; una de ellas fue la que muestra al General Mitre en los preparativos de la guerra con Paraguay.
Para la obra Fundación de San Juan por el Capitán Don Juan Jufré, se basó en la documentación que le proveyera el periodista e historiador Rogelio Díaz Costa, que traía de Chile, donde había profundizado conocimientos. Esta pintura fue muy apreciada en el momento que se presentó por primera vez (1945) y también en otras oportunidades en que fue exhibida. Su existencia estuvo coronada por una serie de vicisitudes, perdida incluso, en algún momento, de lo cual da cuenta la poesía jocosa de La Musa-Raña publicada el 14 de junio de 1978:
¿Dónde está el cuadro?
Ahora usted, don Juan, que está de moda
-Ayer lo celebramos “comme il faut”-,
¿por qué no pone toda
la influencia con que el Cielo lo obsequió
para que se rescate del olvido
en que está el cuadro de su fundación?
En él plasmó un pintor muy conocido
El instante en que usted alza el pendón
de Castilla, dejándonos fundados.
Pero, ¿dónde está el cuadro? No lo sé.
¿Entre los ya perdidos y “cuarteados”
por la intemperie, capitán Jufré?
¿Cómo llamaría al “episodio”?
¿Olvido? ¿Ingratitud? Elija usted
y escriba su opinión, aunque sin odio,
pero, eso sí, visible, en la pared.
Calderón de la Piragua