Con el concepto del triple impacto, la Municipalidad de Capital en la figura del intendente Emilio Baistrocchi firmó el convenio para la construcción de la primera fábrica de ladrillos PET de San Juan que estará emplazada en el CIC del Barrio Manantial.
Este proyecto está enfocado en elaborar un producto de gran importancia en lo económico, social y ambiental. Utilizando el material reciclado de fácil acceso (plásticos y botellas tipo polietileno tereftalato) se beneficiará al sector social con este reciclado especial.
En esta iniciativa Capital cuenta con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social de Nación y con capacitación de profesionales de CONICET.
Esta acción tiene un triple impacto:
- Social: brindando una solución espontánea y eficaz a personas de escasos recursos, que presentan
carencias habitacionales.
- Económico: la posibilidad de generar ingresos económicos por reutilización de material.
- Ambiental: fomentando el reciclado y reutilización de materiales no degradables como el plástico.
En la fábrica se desarrollará
un componente de construcción liviano, de buena aislación térmica, y de resistencia mecánica suficiente para cumplir la función de cerramiento lateral.
Teniendo en cuentas las diferentes actividades que actualmente se llevan a cabo en el CIC, el municipio organizará actividades para favorecer la articulación de todos ellos: Centro de Jubilados, Centro de Desarrollo Infantil, Centro Tecnológico Comunitario, Talleres de Recreación, Salud municipal, Registro civil y Asistencia social.
Una construcción más amigable con el entorno
Los ladrillos con plástico PET (polietileno tereftalato) reciclado son un componente para muros exteriores e interiores elaborados con una mezcla de partículas de plástico PET procedente de envases descartables de bebidas, ligadas con cemento Portland y aditivos, que se moldea con una máquina manual rodante.
Es un ladrillo más ecológico que otros tradicionales existentes en el mercado porque su materia prima principal está constituida por residuos plásticos reciclados. Además, la producción del ladrillo macizo de tierra cocida, utilizado habitualmente en mamposterías, a partir de la extracción de la capa de tierra superficial fértil (humus), y su posterior cocción en grandes hornos a cielo abierto, produce desertificación del suelo, contaminación atmosférica (por el humo generado), y tala de árboles para obtener la leña necesaria para el funcionamiento del horno. Desde el punto de vista técnico se destaca también en lo que respecta a liviandad y aislamiento térmico.
En lo que respecta a la elaboración, otra de sus ventajas es la sencillez en su proceso. No requiere cocción y, a diferencia del proceso de fabricación del ladrillo convencional, para la fabricación la arena es reemplazada por partículas del plástico PET de veinte botellas de desecho, obteniendo una alternativa mucho más ecológica que evita el consumo de recursos naturales.