Paula Albarracín de Sarmiento

Paula llevó adelante sola su casa y su hogar, una casa humilde en el Barrio El Carrascal. Gracias al producto de sus tejidos reunió una cierta cantidad de dinero y levantó los cimientos de la misma, hoy Casa de Sarmiento y Museo Nacional.

 

Tenía solo 23 años cuando Paula heredó un solar, donde había una higuera, sitio que escogió para su compañero, el telar. La herencia que recibió de su padre marcó su pobreza, pero no la determinó. Paula siempre buscó la manera de salir adelante. Realizó diversas actividades artesanales para mantener a su familia, además de la ya mencionada, también fue hilandera, tintorera y bordadora.

Formó matrimonio con José Clemente Quiroga Sarmiento y Funes en 1801. Tuvo 14 hijos en total, de los cuales la mayoría murió a corta edad. Los que sobrevivieron fueron Procesa (artista), Bienvenida (fue directora de varios colegios), Paula y Rosario (obreras en el bordado y tejido) y Domingo Faustino Sarmiento, el maestro. La infancia de Sarmiento aparece sostenida por la figura de su madre.

Ella fue inculcada en la religión por las lecciones de don José Castro, predicador de su tiempo. Estos principios fueron transmitidos a sus hijos mediante el rezo, la devoción a los santos y sus prácticas en la vida cotidiana.